Estado de Hidalgo: destino cultural

Estado de Hidalgo: destino cultural

Por Carmen Rioja

 

El Estado de Hidalgo, vecino de Querétaro y del Estado de México, tiene tanta riqueza natural y cultural que tardaría varias semanas en descubrir al menos los sitios más importantes. 

 

En la reciente Feria del Libro Infantil y Juvenil de Hidalgo a cargo de la Secretaria de Cultura Leyza Aída Fernández Vega, se presentaron escritores de diversos géneros para compartir con el público lector sus opiniones sobre literatura y cultura. 

 

El programa cultural incluyó charlas en el Centro Cultural del Ferrocarril donde participaron reconocidos escritores locales y foráneos como Yuri Herrera, Mariana Hernández, Bernardo Esquinca. También mantuvieron una conversación entre escritoras llamadas hijas de Virginia Woolf, participaron Maritza Buendía, Rocío Cerón, Rowena Bali, Julia Cuéllar, Sandra Frid, Magali Velasco y Paola Tinoco.

 

A diez minutos de Pachuca, la capital del Estado, encontrarán Mineral del Monte, un destino cultural inesperado que conserva la fisionomía original de los pueblos mineros del siglo XVI. UN museo impecable que fuera el antiguo hospital inglés construido alrededor de 1910 en un estilo de arquitectura inglesa con los materiales pétreos de los alrededores. Fue construido para dar atención profesional en salud para los trabajadores de las minas y sus familias. Además, en sus muros se aprecian lo antiguos afiches y carteles con sentido didáctico de prevención de accidentes. Férulas e instrumentos quirúrgicos de acero inoxidable de principios de siglo, camillas y aparatos de la segunda guerra mundial; se muestran en las múltiples vitrinas que conforman la museografía con los objetos originales in situ.

 

También están Mineral del Chico y Santa María de Regla entre otros pueblos mineros maravillosos, que se pueden visitar y sus museos en donde se puede descender a algunas de las minas. 

 

Precisamente, la Hacienda de Santa María de Regla, ofrece un hospedaje de lujo y se sitúa junto al cauce del río, apenas a unos cientos de metros del parque Los Prismas Basálticos, sin duda una de las maravillas del mundo. Una cañada que formó el río, develando por erosión las formaciones ocultas de la tierra, una serie de columnas monumentales con forma de prisma octagonal de basalto puro que se formaron hace millones de años por extrusión de lava candente debajo del agua fría. Ese choque térmico provocó la organización en octágonos de los cientos de columnas de material ígneo durante su expulsión desde las capas internas del planeta. 

 

En cuanto a la gastronomía del Estado no es de menos maravillarse. A la primera oportunidad no dejen de probar los tlacoyos, que son una especie de huarache de masa de maíz fresca y rellena de alverjones, bañados en salsa verde, quesillo y encima, lo que usted pida. La región se autoproclama cuna de las extraordinarias barbacoas de pozo y pollos ximbó. Aunque soy norteña, reconozco el honor a quien honor merece. Y por último, por ser los reyes, los pastes se llevan una medalla de honor. Empanadas de trigo horneadas a la tradición inglesa, pero glorificadas con el relleno nacional, frijoles con chile. Creo que es una de esas delicias que uno podría comer hasta morirse.