Aquí inició esta historia de colores

Aquí inició esta historia de colores

“The Broken Windows Theory” –Teoría de las ventanas rotas—afirma que si hay colonias con vandalismo como grafiti o ventanas rotas, los jóvenes pueden pensar que no hay problema si comienzan a cometer delitos mayores. Las calles son de los ciudadanos, no sólo de ellos, que quieren delimitar territorio, dijo una vez para Atención Filip Lein—presidente de San Miguel Siempre Hermoso. 

 

Y es que en tres años, un grupo de extranjeros, ya luego en combinación con la administración local, eliminaron cerca de 30 mil tags, bombas, y grafitis. “Los grafiteros pintaban de noche. El programa trabajaba de día”. Probablemente ya se recuerda poco, pero las quejas hace 20 años, eran relacionadas con el vandalismo, y éste consistía en el rayado de fachadas.

 

Hoy el graffitti se ha convertido en arte urbano

 

En 2012, cuando la estadounidense Colleen Sorenson llegó a San Miguel, encontró que seguía existiendo ese “problema” de graffitti; y con su experiencia trabajando con muralistas en su país, pensó que colonia Guadalupe—donde reside—podría convertirse en el primer distrito de arte urbano (y no solo lo pensó. Lo logró) un espacio en que los jóvenes (nacionales, y extranjeros) pudieran expresar sus ideas. 

 

Surgió aquí Muros en Blanco que, ahora es dirigido por Jan Roth, quien organiza anualmente los Festivales de Arte Urbano en el lugar. Incluso, hoy en colonia Guadalupe los colonos se han organizado, y hacen previamente una curaduría, o deciden los temas que deben estar plasmados en sus paredes, siempre que nada esté relacionado con drogas, violencia, o temas antisociales. 

 

 

Lo que sí

 

Es que finalmente se creó la primera galería de arte urbano en San Miguel. Una idea que surgió en 2019 pero, además que no había presupuesto etiquetado ni para la pintura; luego vino la pandemia. La galería está sobre las paredes del puente que conecta a colonia Malanquín con San Antonio. 

 

Atención habló con Paulina Cadena (directora de Cultura y Tradiciones de la presidencia) responsable de la galería. Comentó “hicimos una propuesta con un programa que llamamos Muros de colores. El proyecto consistía en reunir artistas que hicieran la galería urbana como la hay ya en Querétaro, León o Guadalajara. Llegó la pandemia y el `quédate en casa´ donde no se podía salir, o asistir a eventos. Sin embargo, más tarde nos dio la administración la apertura para iniciar el proyecto”. 

 

Así, la Dirección de Cultura y Tradiciones inició con retratos de la historia del arte en zonas con índices de delincuencia, drogadicción, embarazo adolescente: Guadalupe, Cuevitas, San Antonio, Insurgentes, Jardines, entre otras. 

 

“Al terminar, estábamos contentos con lo que habíamos visualizado. Entonces nos autorizaron el proyecto de galería debajo del puente Malanquín. Abrimos la convocatoria para los artistas, y reunimos a diez que viven en San Miguel, y han estado viviendo de los murales. Entre ellos Juice, que inició el proyecto en el trienio de Mauricio Trejo. Él entregó el proyecto a María José Garrido, que luego comenzó a crecer y se convirtió en lo que ahora vemos en la colonia Guadalupe”, comentó la directora Cadena. 

 

Estímulo a los jóvenes muralistas

 

El apoyo ha estado para impulsar a los jóvenes artistas, de hecho la dirección contrató a cuatro. Al resto se le apoya con pintura, se le contrata en espacios específicos para ofrecer un taller, o incluso para que realice alguno de los murales que los cuatro contratados no puedan lograr. 

 

Félix (que pintó el mural en la fachada de Cruz Roja, sobre el Libramiento Manuel Zavala) tiene 24 años, conceptualiza el arte, es gráfica. “La estamos impulsando. Merle comienza a crecer aquí artísticamente. Gabo necesita apoyo y fomento en técnica, que requieren seguimiento, y eso lo apadrinamos nosotros”, orgullosa del proyecto dijo la directora Cadena para Atención San Miguel. Agregó que, la intención es que los muralistas pinten de forma continua, y de hecho hay presupuesto para que el programa continúe hasta concluir el año.

 

Y si en alguna colonia, los vecinos piden un mural, es fácil: hay una reunión con los habitantes, se define una temática, se presentan propuestas, y se elige la pieza. “Si los cuatro muralistas que tenemos, no pueden hacerlo, lo hacen los de fuera. Apoyamos con algo de honorarios, pintura, andamios, escaleras. Es un trabajo entre vecinos, e incluso la iniciativa privada”. 

 

Ahora en las diversas colonias, 18 personas han trabajado y así pueden encontrarse las obras del Puente Malanquín, Cuevitas, Cruz Roja, San Antonio, Insurgentes, etc. La colección más reciente, es rostros del cine. Esta edición incluye a actores, actrices, y artistas que vivieron en San Miguel, o que alguna vez visitaron la ciudad y se enamoraron de ella. 

 

 

Actualmente

 

La Dirección de Fomento Económico y Relaciones Internacionales de la presidencia municipal, trabaja con la organización. El equipo es de cuatro trabajadores y dos vehículos. Acorde al Director de Relaciones Internacionales—Francisco Garay—el programa ha logrado extenderse más allá del Centro, a colonias como: San Antonio, Allende, Ejido de Tirado. 

 

San Miguel Siempre Hermoso

 

Es una organización comunitaria que trabaja en coordinación con la administración local, para conservar la ciudad libre de pintas. Según Cerritos, esa organización comenzó a trabajar por su cuenta en el año 2001 aproximadamente, eran personas que con recursos propios se encargaban de eliminar cualquier tag, bomba o grafiti en el centro histórico. 

 

Filip Lein, presidente de la organización dijo previamente que él llegó a San Miguel hace ocho, y le sorprendió ver que no existía grafiti en la ciudad, comenzó a investigar y se dio cuenta que existía esta organización que luchaba en contra esos actos vandálicos. 

 

Según Lein, fue durante la administración del alcalde Luis Alberto Villarreal García, que el grupo de extranjeros involucrados en ese proyecto, se reunieron con el entonces director de Fomento Económico y Relaciones Internacionales, Cristopher Finkelstein Franyuti, para trabajar en equipo y mantener la ciudad libre de firmas y con fuentes bien conservadas. 

 

En esa reunión se acordó que la administración pública aportaría la mitad del presupuesto y la organización, a través de donaciones, aportaría el otro cincuenta por ciento. 

 

“Los taggers (grafiteros) trabajan de noche, nosotros trabajamos de día” comentó Lein, quien también aclaró que remueven las pintas hechas con gis, crayola o spray, siempre, solicitando la autorización de los dueños de la propiedad “porque ellos pueden decir que les gusta el tag en sus paredes”