Son decenas de casas—unifamiliares, dúplex y hasta tríplex—las que se alzan sobre 28 hectáreas en la parte alta de la ciudad. Se estima que, por lo menos, Jardines de Allende atraerá a siete mil habitantes.
Entre tanto, los que viven en la parte trasera del complejo, en el Fraccionamiento Los Santos; si ya tenían suficiente con la contingencia y el encierro, desde hace meses han tenido que lidiar con las vibraciones (que ya causaron grietas en sus viviendas), las “montañas” de polvo que arrastra el viento, y que a la vez causa alergias.
Ahora—y en plena estación en que las temperaturas aumentan—deben pasar el día a día trabajando desde casa (los que pueden) pero con puertas y ventanas cerradas, con ruido, con polvo, y en ocasiones hasta sin agua. Ello los llevó a cuestionar no únicamente los impactos que les está causando, sino también el abastecimiento de agua para el nuevo desarrollo habitacional, sino para ellos mismos, amén del daño al medio ambiente.
Llamadas entrantes
Quienes habitan los Santos recuerdan que la zona era un pastizal, sobre el que luego se alzaban huizaches y mezquites. Ahí veían aves de todo tipo, hasta ardillas, y conejos. Previo a la construcción de Jardines, observaron cómo algunos árboles estaban siendo marcados—y supusieron que serían los que se rescatarían, sin embargo, ninguno fue trasplantado. Las quejas llegaron al director de Medio Ambiente y Sustentabilidad—informales—y éste incluso reconoció que sí había un daño a la flora y la fauna. Ya luego cuando Atención solicitó entrevistarse con él, a través de la Dirección de Comunicación Social envió el recado: “no hay quejas. Solo una, y ésta la tiene el Sistema de Agua Potable”.
Otros vecinos llamaron a Desarrollo Urbano, a Protección Civil, a Obra Pública, donde sí les contestaron la llamada, pero les aclararon que las quejas debían presentarse por escrito. “Dirigidas al presidente municipal, y con copia para cada una de las dependencias involucradas”. Otros, decidieron llamar directo a la compañía, para que hicieran una inspección de los daños—polvo, ruido, vibraciones, y hasta daño estructural. Y sí, el responsable de obra envió a una persona a tomar imágenes “nos dijeron que mañana vendrían, ¿y sabes cuándo regresaron? Nunca”, mencionó una de las afectadas.
Atención visitó varias de las viviendas, donde las “montañitas de tierra” fuera y dentro de los edificios son evidentes. En otras, las grietas están en habitaciones y salas. “No estaban. Fueron causadas por la construcción” dijeron otros afectados. Incluso mostraron videos sobre cómo levantan “por kilos” la tierra, y nadie les hace caso.
Entre tanta queja, acudieron al presidente de colonos. Atención habló con él. Aceptó que no es un fanático de la burocracia, pero es lo que se debe hacer. Primero hizo varias llamadas, y ya luego presentó el pliego petitorio; enfocándose a que se riegue el área varias veces al día para evitar el polvo. La realidad es que no recordaba lo que se pidió, no tenía (en ese momento) el documento entregado.
Repararán el daño al ambiente
Ante la negación de entrevista por el director de Medio Ambiente y Sustentabilidad, Francisco Peyret, fue el presidente interino Gonzalo González quien concedió información para Atención.
“Cuando se nivelan terrenos, o se desmontan, siempre habrá un impacto” reconoció el presidente; por ello, indicó que Medio Ambiente ya trabaja en el estudio de remediación por el impacto derivado de la construcción; y aunque no mencionó una cifra, sentenció que los desarrolladores deberán pagar una multa.
Sobre los daños estructurales que posiblemente se hubiesen causado a las viviendas, González aseguró que “el municipio podría servir como intermediario para que se realicen estudios de daños estructurales. Por ejemplo, cuando se trabajó un camino en Nuevo Pantoja hubo daños en viviendas. Algunas tuvieron que ser construidas de cero. Otras se remedió el impacto” acotó. Aquí, también, en un tema de legalidad “la compañía tendría que realizar los estudios. Y los vecinos tienen todo el derecho de demandar que se les arregle su infraestructura”.
Sobre el tema de salud—alergias—que algunos han presentado, el presidente también indicó: “de hecho enviaremos hoy solicitud a la Jurisdicción Sanitaria para que intervenga, y revise el tema”.
Del Acuaférico no tendrán agua
Francisco Jiménez, director del SAPASMA (Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de San Miguel de Allende) en una entrevista para este medio, primero indicó que el agua con que se surte a la parte alta (Jardines, Insurgentes, Los Santos) proviene del pozo Insurgentes II, y de San Miguel Tres Cruces (tanque) cuya agua es elevada desde La Lejona.
Remarcó que si los vecinos en esa parte de la ciudad no tienen agua en ocasiones, no se debe a escasez sino a la mala calidad que los desarrolladores pusieron en la red hidráulica. Y es que se repara una fuga en la tubería, y aparece otra. Además, recordó que las personas no deben esperar que el agua funcione como la electricidad “se repara un fusible y listo, todos tienen luz otra vez. Pero en el tema del agua no”, y es que indicó: en las tuberías el agua siempre irá primero a la parte más baja, y de ahí comenzará a subir hasta llegar a donde debe; y si hay fugas una y otra vez el agua irá hacia abajo; eso es lo que causa las inconsistencias.
Para Jardines de Allende—que está siendo comercializado por Grupo Guiar—el agua vendrá del Pozo San Julián II (que ellos mismos perforaron) aclaró Jiménez. Por otro lado, indicó que la compañía ha hecho aportaciones no solo para el acuaférico, sino para la nueva Planta Tratadora de Agua, y en infraestructura (no mencionó).
Finalmente, dijo que la ciudad sigue creciendo, y su infraestructura hidráulica y de drenajes debe cambiar, adecuarse, y las personas no deberían oponerse a ello pues, cuando sus casas se construyeron, nadie se opuso a la infraestructura, “ahora ellos sí lo hacen”. En San Miguel, concluyó, hay tres bajadas naturales; Cuesta de San José, Valle y Cinco de Mayo. Lo ideal sería que por la colonia Allende bajaran las descargas.
Finalmente, Gonzalo González asestó que, del acuaférico el desarrollo no tendrá agua; y refirió el pozo San Julián III.