Más polvo, menos árboles, menos espacio, menos ventas, dejó la arcada de 220 metros sobre la Avenida Guadalupe; una obra que lejos de ayudar a los comerciantes los ha afectado y no le encuentran sentido al gasto de 22 millones de pesos.
Una de las zonas más folklóricas de la ciudad, es el área de Avenida Guadalupe. Ahí es donde convergen las personas de colonias y comunidades del oeste de la ciudad. Es que es la zona comercial más grande (luego del tianguis de los martes); es ahí donde está Plaza San Miguel, Mercado de San Juan de Dios, Plaza Guadalupe, más el comercio de la misma avenida.
Es ahí donde lo mismo se puede comprar una Santa Muerte, que un radio, una computadora, o hasta arreglar un celular. Es el área de las populares estéticas, los puestos de tortas, los tamales, la fruta picada con chile y limón, y lo que se quiera ordenar.
La repavimentación de Avenida Guadalupe fue inaugurada el 12 de diciembre 2019, el Día de la Virgen de Guadalupe, santa patrona de los comerciantes. Se dijo entonces que la arcada sería concluida en marzo 2020. Lo cierto es que no ocurrió, el proyecto original con base y cornisas de cantera quedó abandonado; y fue hasta agosto de este año en que la Dirección de Obra Pública e Infraestructura vino con la idea de emular viejas casonas del Centro Histórico. Y es que los 220 metros de arquería, acorde al Director de Obra Pública—Antonio Soria—había resultado monótona, así que por instrucción del presidente Luis Alberto Villarreal, vinieron con la nueva idea.
La nueva idea fue anunciada en agosto, como un “homenaje a San Miguel”, aunque nada específico. Se indicó: “a través de su arquitectura colonial evocará la historia del sanmiguelense para enmarcar y continuar con el rescate del polígono de Avenida Guadalupe. Son casi 240 metros lineales de una construcción con seis tramos, cada uno con identidad arquitectónica. Llevará 120 días naturales concluir el concepto, en el que invertirán 14 millones de pesos, para beneficio directo de casi 15 mil personas que transitan diariamente por ahí”.
También se dijo que la inspiración para el proyecto, hecho por Obra Pública, vino de los inmuebles del Centro Histórico, de los que se replicaría la composición: materiales, textura, escala, colores, y elementos arquitectónicos. Una de las réplicas es la fachada del Mercado Aldama, a un costado de la parroquia.
Lo cierto es que la obra no se concluyó el 12 de diciembre como se había prometido. El 9 de diciembre, Atención visitó el área, y durante la hora de “lonche” de los trabajadores, cuestionamos cuándo concluirían; “ya solo falta limpiar” comentaron, “todo lo que ve ya es escombro, solo falta quitarlo. Nos dijeron que tiene que estar lista para el sábado” que era el Día de la Virgen. Pero el proyecto, ni se terminó, ni se inauguró.
Entre polvo, mallas y arcos
Con cubreboca, pero con ojos que sonreían, estaba Doña Hortencia trabajando. Conversó con nosotros. “Quedé viuda hace treinta años. Y me tuve que hacer responsable de mis cinco hijos. ¿Y cómo iba a hacer eso? Pues vendiendo. No quiero ser pesimista, pero con la pandemia sí nos ha ido mal, pero creo que todo se va a mejorar. Y pues ahora ya está más bonito. Ojalá que venga más gente.
Sí nos causó muchas molestias la construcción. Mire, aquí no pasaba nadie. Tuvimos que abrirle ahí (señala una esquina de la malla ciclónica) si no, cómo va a visitarnos la gente”. Frente a su pila de calabacitas, aguacates, y jitomates—bastaba pasar un dedo sobre ellos para notar la capa de polvo—doña Hortencia estaba envolviendo con papel celofán estatuillas de borregos, pastores, y otros “para el nacimiento” indicó. Tiene dos puestos, junto a su hija, y su fe está puesta en que todo mejorará este o el próximo año.
Entre los puestos polvorosos (y recortados en espacio) estaba un hombre. Él vende estatuillas: Santa Muerte, Virgen de Guadalupe, San Judas. “Aquí estoy mire, tristeando, esperando que alguien venga a comprar. Nos cerraron con la pandemia, y ya que volvimos, con todo este desmadre que traen, la gente no se acerca. A ver si entre mañana o pasado alguien viene y se lleva a la Virgen de Guadalupe, estamos cerca del día, o una Santa Muerte—se vende muy bien—el problema es que la gente no quiere venir por las molestias. Las ventas han estado muy bajas. ¿Y esos arcos para qué, a quién le sirven? A nosotros no.
Luego el gobierno dice que todos los comerciantes estamos de acuerdo con la construcción, pero no es cierto, pregúntele a los demás. Los que dicen que sí son los líderes de comerciantes, ellos han de tener un beneficio aparte, pero nosotros no. Además nos recortaron el espacio” comentó.
La llegada de plataformas como Netflix, o Amazon, o Claro, no ha opacado la venta de películas y CD`s “pirata” o clon; por lo menos eso es lo que comenta uno de los vendedores del Mercado Guadalupe. “A nosotros no nos ha afectado la llegada de plataformas. Nos impactó la contingencia, y luego mire, esta obra que no le vemos beneficio. Desde que quitaron los árboles nosotros no estábamos de acuerdo, pero a los que se quejaron se los llevaron a la cárcel.
Nosotros no estábamos, ni estamos de acuerdo con la construcción de los arcos; y tampoco queremos manifestarnos porque luego el gobierno busca la manera de cerrarnos el puesto, ellos siempre saben cómo, o nos buscan cualquier detalle. Nos han orillado a no manifestarnos”, comentó el hombre que trabaja el puesto con su esposa.
“Yo tuve que poner una cortina de plástico para que no entre el polvo. Nada bueno trae la obra ¿más bonito, para qué o para quién? Se pregunta un habitante y comerciante de la Avenida Guadalupe. Mire, tenemos más polvo, menos espacio, menos árboles, menos ventas ”.
Y así se suceden los comentarios.
Primero sí, luego no
El director de Infraestructura y Obra Pública en el municipio, Antonio Soria, dijo primero que los comerciantes solicitaron una mejora al mercado Guadalupe—luego varios vendedores declararon para Atención que la idea completa fue del gobierno—entonces presentaron la pavimentación de la avenida, y la arquería que va (sobre la Avenida Guadalupe) de la calle San Rafael hasta Insurgentes. Al inicio, se dijo que los comerciantes habían aceptado pagar el 30 por ciento de la obra, sin embargo los gremios (cinco en esa área) no lograron siquiera que el 10 por ciento de sus miembros entregara la aportación que era de siete mil pesos; ello de acuerdo con declaraciones de líderes que prefirieron se omitieran sus nombres.
En el proyecto original, las columnas (de concreto) en la arquería estarían forradas con cantera en su base, y el arco también incluiría ese material, además de la cornisa, y un techado simple de concreto.
Con esta construcción, también se regularía el comercio para que no ocupen el espacio peatonal y exhiban su mercancía, sino que sea para uso para los clientes, “como los portales de las plazas principales”, mencionó Soria, entonces. La inversión original para la obra era por 7.5 millones de pesos. La aportación municipal sería de 70 por ciento, y el resto sería fondeado con aportaciones de los comerciantes.
El director Soria, aseguró que como la obra es extensa—220 metros de longitud, la arquitectura resultó monótona; así en una reunión el alcalde Luis Alberto Villarreal solicitó una modificación “enriquecer los detalles”. Los colaboradores de Obra Pública vinieron con la idea de integrar detalles arquitectónicos del Centro Histórico, “nada específico” aclaró el director, pero sí hay la fachada de una casa tradicional enmarcada en cantería, una fuente, portales, una idea de patio interior, entre otros detalles. El presupuesto de la obra aumentó hasta 22 millones de pesos que, a decir de Soria, son exclusivamente municipales. Remarcó el director que los comerciantes, por instrucción del alcalde, ya no tuvieron que hacer aportación alguna.
Sobre la conclusión de la obra “la fecha programada es para la primera semana de diciembre. La inauguración está acordada que sea el 12 de diciembre” día en el mercado Guadalupe celebra a la Virgen. “La parte de la arquería, luce por sí mismo, no requiere plantas. Lo adicional será iluminación escénica. Es un sitio atractivo visualmente” concluyó Soria.