Por Glen Rogers

 

El 9 de septiembre de 2020, en el apogeo de la pandemia de Covid 19, se instaló en Austria mi escultura, Trono para una Diosa. Fue un proyecto emocionante para mí, mi primera escultura pública en Europa, pero desafortunadamente, no pude asistir a la inauguración debido a restricciones de viajes internacionales. Por esta razón, creé una impresión conmemorativa como una forma de celebrar y honrar la escultura localmente. Dado que el tema de la pieza tiene que ver con empoderar y honrar a las mujeres, desde la antigüedad hasta el presente, ofrecí una oportunidad de recaudación de fondos a Mujeres en Cambio, una organización sin fines de lucro de San Miguel que empodera a las mujeres jóvenes en comunidades rurales al ofrecer becas educativas.

 

Fue a través de una serie de eventos sincrónicos en 2019 que culminaron en la escultura. Una exposición colectiva en Ghent, Bélgica, Cruzando Fronteras, fue mi principal razón para ir a Europa ese año. Después de eso, viajé a Viena con una amiga para visitar a su familia. Mi pasión por las culturas prehistóricas de las Diosas me llevó a preguntar a nuestros anfitriones si había algún sitio neolítico o paleolítico cercano. Para mi sorpresa, me dijeron que la Venus de Willendorf, una de las figuras de diosa del Paleolítico más antiguas y famosas, se encontraba en el Museo de Historia Natural de Viena. Aunque había estudiado sobre ella muchos años antes, no recordaba que fuera excavada en Austria. Con un sentimiento de reverencia y entusiasmo, la visitamos al día siguiente.

 

En exhibición en una habitación especial con sólo algunos otros artefactos, la diminuta figura de piedra caliza mide 11,5 cm de alto y se cree que tiene casi 30.000 años. Con su característica forma voluptuosa, es un arquetipo de la fertilidad y la Madre Tierra. Para mí, esta imagen de la Gran Madre es un símbolo del empoderamiento femenino.

 

Un par de días después, nuestro anfitrión nos presentó al desarrollador del nuevo parque de esculturas de St. Ruprecht / Raab en la campiña de Estiria. El parque, que está bellamente diseñado como un símbolo de paz gigante, ya tenía 25 esculturas de artistas locales. He diseñado muchas esculturas públicas en el área de la bahía de San Francisco, con piezas como Tres Alas y Puerta del Espíritu, así que, naturalmente, estaba visualizando una de mis piezas allí.

 

Nuevamente inspirado por la figura de Willendorf, diseñé una pieza para honrar al Divino Femenino, el enfoque principal de mi obra de arte durante tantos años. Después de que mi propuesta fue aceptada, una empresa en Austria fabricó la escultura utilizando mis dibujos generados por computadora. La pieza final, Trono para una Diosa, es una invitación a sentarse y ser abrazado por la Gran Madre. Hecho de aluminio anodizado en tono dorado y acero oxidado, mide dos metros de altura. Cortado en el metal está la figura de Willendorf junto con símbolos femeninos de la luna, espirales y un mensaje inspirador.

 

Usted puede comprar esta hermosa impresión conmemorativa en Marco’s de Lavinia y en mi sitio web: www.glenrogersart.com. El cuarenta por ciento de los ingresos se destinará a la educación de niñas rurales con la ayuda de Mujeres en Cambio.