Adiós a Tim Hazell

Adiós a Tim Hazell

Miembros de la comunidad enviaron mensajes de despedida a Tim Hazell, querido amigo y colaborador de Atención San Miguel, quien falleció hace algunos días.

 

El término “Hombre del Renacimiento” es demasiado estrecho para encapsular la amplitud y profundidad del genio que fue Tim Hazell. Autor publicado, poeta, dramaturgo y periodista, fue un brillante orfebre de la palabra. Compositor, productor, multi instrumentista, vocalista, intérprete y artista de grabación, logró un sencillo exitoso en el mercado canadiense y apareció con frecuencia en muchos lugares de San Miguel de Allende. Fue un artista exitoso, un chef gourmet y un atleta disciplinado. A menudo cuando yo lo llamaba a la casa, su esposa Louise decía, “Él salió a correr, volverá en una hora”.

Quizás el mayor impacto de Tim en la comunidad fue como un educador sin igual. Diseñó y encabezó una campaña de divulgación para los niños en el campo que incluyó no solo instrucción musical, sino conciencia cultural de las raíces de estos jóvenes. Su profundo conocimiento de la historia y los instrumentos musicales mesoamericanos sirvió como base para este trabajo que enriqueció las vidas de muchos jóvenes (800 estudiantes en el último recuento). También fue el director de la orquesta juvenil patrocinada por Pro Música.

En 2009, Tim y yo co-creamos, co-produjimos e interpretamos “una obra musical de rock clásico etnico sobre la moralidad” (ésta fue la descripción del publicista) titulada, “La increíble aventura para niños: un viaje del alma”. La obra trazó el camino de un joven buscador, desde su salida del vacío, a través de todas las distracciones en el camino hacia la autorrealización y la unidad de su ser. Donde quiera que se dirija el alma de Tim, estoy seguro de que será recibido por el eslogan de esa obra monumental: “¡Bienvenido a casa, extraño!”

Ah, y por cierto, el día después del cierre de “Kid”, Tim fue contratado para dar una conferencia sobre planificación urbana a los comisionados del condado.

Ken Bichel

 

Mi primera impresión de Tim después de leer uno de sus artículos académicos sobre la cultura mesoamericana, fue “¡Este gato es demasiado profundo para mí!” Entonces, cuando me llamó en 2006 para discutir una posible colaboración musical, yo estaba nervioso.

Su concepto era trabajar juntos y crear una suite de múltiples movimientos que combinara instrumentos musicales clásicos, de jazz y prehispánicos. Me pareció que iba a ser un choque de trenes sonoro, pero me convenció de colaborar con él y solo unos meses después, se estrenó “Un bosque de Américas” en la iglesia de St. Paul. Fue un trabajo poderoso y, creo, importante en el cual con gracia encontramos puntos en común entre culturas tan diversas. Cuando nos presentamos nuestro conjunto incluía gringos, noruegos, canadienses, mexicanos e indígenas chichimecas, y a los espectadores los volvió locos eso. Mirando hacia atrás, fue una de las funciones más emocionantes de mi vida. Fue la colaboración más productiva, divertida y cariñosa que jamás he experimentado, gracias a la química entre Tim y yo. 

Era un hombre con un millón de grandes ideas, pero al final su compromiso fue crear el mejor resultado posible ya fuera de sus propias ideas, de las mías o de las de alguien de nuestro grupo. A mi esposa Glenda y a mí nos encantaba sentarnos con él y su esposa Louise mientras intercambiábamos ideas y comíamos su delicioso pan casero. Aprendí mucho de todos ellos sobre el arte de la colaboración y el poder de combinar la imaginación con una fecha límite.

Aunque cada uno de nosotros ha abordado muchos proyectos desde entonces, siempre supimos que volveríamos a trabajar juntos y, de hecho, estábamos hablando por teléfono sobre hacer una reproducción a gran escala de “Un bosque de Américas” solo una semana antes de su muerte. Extrañaré su ingenio irónico, su diverso talento musical, su conocimiento enciclopédico de la música y, sobre todo, su amistad.

Se puede escuchar nuestra grabación en vivo de “Un bosque de Américas” del 2007 aquí: https://dougrobinson.com/ album / 1842069 / a-forest-of-americas

Doug Robinson

 

Una de las grandes dichas que me ha dado mi trabajo es conocer a maravillosas personas que jamás podría haber conocido si no trabajara en el periódico o en la Biblioteca. Una de esas personas es Tim Hazell, quien por muchos años fue colaborador de Atención y un gran amigo de todo nuestro equipo. Hoy recibo con mucha tristeza la noticia de su fallecimiento. Tim, gracias por tu amistad y por tus amables palabras y detalles con todo nuestro equipo. Un gran hombre, músico, filósofo y poetaesa era la razón por la cual, a pesar de las críticas, mantuve su columna culinaria por muchos años. Te vamos a extrañar Tim.

Hoy es un día triste.

Tania Noriz