San Miguel en la segunda oleada de COVID

San Miguel en la segunda oleada de COVID

Para que en el municipio los casos de contagio por COVID cerraran las cifras de cien, durante la primera oleada de enero a octubre; pasó hasta un mes. Ya para el 2 de noviembre, cuando se hacía el llamado a endurecer las medidas sanitarias, había 695 casos registrados; y al 25 de noviembre (23 días después) la cifra se elevó hasta 926. Al cierre de edición la cifra era de 1037, es decir, aumentamos 342 casos en un mes. 

 

El municipio cuenta con el Hospital General Estatal que aunque no es de tercer nivel (autorizados para el tratamiento de COVID,) sí puede hacer intubaciones y luego referir a los pacientes a otros hospitales. Por su parte, la Cruz Roja cada día traslada en promedio dos pacientes COVID a unidades de salud y la Jurisdicción Sanitaria tiene bien detectadas las zonas de alto contagio. Todo parte de un trabajo conjunto pues por su lado la Dirección de Protección Civil, junto a Seguridad Pública se encarga de los cierres de aquellos negocios que no respetan las medidas de salubridad ante la contingencia.

 

Hospital con 16 camas y 40 ventiladores

 

Cuando inició la contingencia sanitaria, en el estado varios hospitales se reconvirtieron y ahora solo atienden a pacientes graves por Covid-19, como el IMSS T1 León, el antiguo hospital general en León, o el móvil. Hay otro en Salamanca, y en Celaya. 

 

En el caso de San Miguel, acorde al director (Dr. Martín Millán) del Hospital Felipe G. Dobarganes, no se podía reconvertir pues no hay otras infraestructuras públicas que pudiesen dar servicio a pacientes quirúrgicos, embarazadas, u otras emergencias. El Dobarganes cuenta con 90 camas; y sí asignó un área aislada para pacientes COVID. En ese espacio se puede tener hasta 16 personas internadas (aunque no ha sido necesario) y si están muy graves, son referidos. En el lugar, también hay 40 ventiladores, aunque son de uso general, indicó Millán. 

 

Cero rechazo, es la política del hospital estatal que brinda servicio a los sanmiguelenses sin derechohabiencia. Acorde a Millán, si llegan referidos del ISSSTE (Instituto de Servicios Sociales para Trabajadores del Estado) o del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) se le realiza el mismo protocolo que a cualquier paciente, se le da tratamiento, o se le interna, ya luego se refieren a hospitales de éstos sectores. En el caso de extranjeros que han llegado, se les ha atendido y en el tema de costo se le aplica un tabulador socioeconómico como a cualquier otro paciente. “La política es de cero rechazo”, indicó el director. 

 

Del total de pacientes en la ciudad, al Dobarganes han llegado 235; de éstos únicamente se ha tenido que internar a 141 (81 hombres, 60 mujeres), y de éstos se ha intubado a 27. Con el número de referencia (141) el Dr. Martín Millán indicó que 67 personas han egresado del hospital por mejoría, 30 con referencia a otros hospitales; y 31 por muerte. Seis han pedido el alta voluntaria, es decir deciden desistir de la hospitalización, firmando un documento entregado por el sector salud. 

 

“La transmisión está siendo acelerada. Los casos se están incrementando. Hemos tenido llena el área de aislados últimamente. Hubo momentos en que había pocos pacientes. En la primera oleada los más afectados hasta finales de septiembre eran mayores de 60. Ahora son jóvenes de 40-50 y hasta menores de 40. Ello nos habla del desplazamiento del grupo de edad,” señaló Millán. Invitó a la población a seguir los protocolos sanitarios, y si se sale a la calle sobre todo, usar cubreboca, lavarse las manos y practicar la sana distancia. 

 

Zonas de Riesgo

 

Jorge Vidargas—Jefe de la Jurisdicción Sanitaria II—compartió información con este medio. Indicó que luego que Guanajuato cambió de semáforo naranja a amarillo en octubre, las personas—y los negocios—comenzaron a relajar los protocolos sanitarios, y la movilidad aumentó. “Los frascos con gel están sucios, los tapetes secos, se perdieron las medidas; y aumentó la velocidad de transmisión. En 18 días aumentaron cerca de cien casos”, remarcó Vidargas. 

 

Sí aclaró el doctor que los indicadores son bajos, sin embargo la letalidad es de 5.4 por cada cien mil habitantes, “cada muerte cuenta”. Acorde al jefe jurisdiccional, del 1 al 15 de septiembre el aumento fue de cien, en una quincena; luego del 16 de septiembre al 16 de octubre, solo hubo cien casos (disminuyó la velocidad); para aumentar en la siguiente quincena. 

 

Respecto a la inspección de negocios, dijo que se trabaja en conjunto con la Secretaría de Seguridad Municipal, y que la Jurisdicción solo ha cerrado ocho negocios.  “La vigilancia corresponde a todos, ‘un soldado en cada hijo’, tenemos que trabajar en las conciencias de las personas. Por más que mande toda la fuerza de inspectores no abarcarán todos los negocios. Hemos cerrado unos ocho por circunstancias diversas. Los lugares son distintos a los de Protección Civil”. 

 

Vidargas invita a la población joven a quedarse en casa. “Queremos hacer comprender a los  adolescentes que salir a la calle o a fiestas, trae consigo la enfermedad a casa, se enferman los padres, los abuelos. Las personas que están muriendo tienen entre 50 y 80 años”. 

 

Vivimos un riesgo constante y el semáforo podría pasar a rojo. Vidargas acotó que habría que ver las circunstancias para definir los cierres económicos o no, “habrá que ver las variantes. La situación es peligrosa”. 

 

Las zonas con más contagios, siguen siendo constantes: Olimpo, Bella Vista, Malanquín, Alamedas, Jardines, Landeta, y zona San Luis Rey. 

 

Cierres, multas y golpes

 

Ni siquiera fue el puente de Día de Muertos (primer fin de semana de noviembre) el más complicado para la autoridad local, sino el del 16 de noviembre, cuando tuvieron que cerrar varios negocios por desacatar los protocolos de sanidad. Dos de ellos fueron tiendas OXXO—Juárez y Mesones—pues vendían alcohol y otros productos con varias personas dentro, y fuera de la tienda de manera desordenada. 

 

Y es que ahora, de acuerdo con lo comunicado por las autoridades locales en días pasados, desde el 9 de noviembre, las filas fuera de los negocios—en la fracción pública que abarque su local—son responsabilidad de los comercios. Así que si los clientes no respetan los protocolos, podrían negarles el servicio. 

 

Ese fin de semana, la administración municipal presumía el cierre de otros establecimientos; entre ellos el del restaurante y bar Silverios, que a las 11:58pm todavía tenía comensales en el espacio (el cierre, con candado, debe ser a las 10pm). “Dijeron que eran amigos, no clientes. Sin embargo estaba abierto,” platicó para Atención Josafat Enríquez, director de la Protección Civil. Por otro lado, en el vecino MX a las 11pm, todavía había personas haciendo limpieza en el espacio. Estos lugares (que ya reabrieron) se clausuraron por una semana, y tuvieron que rehacer el trámite para conseguir su autorización municipal “Primero la Salud”. 

 

Pero ése día las calles se vieron con tránsito peatonal constante, sobre todo en las zonas de bares (Mesones, y Umarán). Las fotografías de concentraciones de jóvenes, que causó la curiosidad de los sanmiguelenses—y quejas por hacer legales los bares, e ilegales las reuniones sociales privadas—fueron las de Mesones, frente al centro nocturno Duke. 

 

En el segundo piso de este lugar está Comrade, una terraza, con capacidad para 200 personas. El reporte de la concentración de locales y visitantes fuera del comercio, llegó al servicio de emergencia a las 10:03pm, y cuando los inspectores acudieron, ocurrió algo inusual, por lo que el lugar recibió una “llamada de atención” acorde a Enríquez. 

 

Sí se cometió un error, y éste fue que se desalojó a todos los clientes al mismo tiempo, y eso causó la aglomeración, dijo el director Josafat. “El inspector revisó cuentas, el lugar tenía 100 personas, es para 200. Se mostraron las imágenes de cámara. El error fue desalojar a todos al mismo tiempo. Hubo una llamada de atención, por desalojar en masa a las cien personas. Se solicitó a los administradores que los desalojos sean paulatinos, para evitar concentraciones innecesarias, y evitar su clausura. Ese día había muchos jóvenes y a las personas esperando afuera para entrar, ya se había informado que no había espacio”, comentó el director para este medio.”

 

Josafat continuó: “seguirán suspensiones para quienes no acaten los lineamientos”, y es que las anteriores se suman a las de BBVA Bancomer, Luciérnaga; Coppel, Ancha de San Antonio; bares, restaurantes, y otras tiendas que, aunque el director de Protección Civil no quiso revelar la cantidad, fuentes han dicho para este semanario que las multas pagadas han ido hasta los 30 mil pesos. 

 

En el caso del restaurante El Tupinamba, el 10 de noviembre un trabajador de Protección Civil llegó al lugar para hacer una inspección. Los últimos clientes estaban por retirarse, y los trabajadores ya estaban limpiando. Cuando el inspector solicitó acceso al lugar, el propietario le propinó un puñetazo que le causó sangrado de nariz, por ello fue trasladado por Cruz Roja a un hospital. 

 

El protocolo, acorde a Enriquez, es que el agresor se pone a disposición del Ministerio Público, y el inspector hace la denuncia formal. La administración municipal le da acceso a un abogado. Acorde al director, familiares del agresor buscaron a la víctima, para llegar a un acuerdo en justicia alternativa, y de hecho le ofrecieron una disculpa.