En medio de la pandemia, la historiadora Cristina Solís comenzó a trabajar en El Recreo, luego cerró, pero el tiempo se aprovechó en crear programas para adultos, jóvenes e incluso llevar las clases del sindicato a casa de los interesados.
En febrero llegó Cristina al Recreo de San Miguel—o El Sindicato—trabajó un mes, luego vino el cierre. Ahora están abiertos, y cuentan con clases de herbolaria, arte y acrobacia (como nuevos productos que a petición de familias y grupos que se organizan, son llevados hasta el domicilio de quienes lo soliciten), y continúan con yoga y son jarocho; además de forma virtual desde Xalapa, hay clases de teatro para niños. Ahora los talleres presenciales son en grupos reducidos, y solo para adultos y jóvenes.
Solis, indicó que el tiempo que estuvieron cerrados sirvió para reinventar, y además Cultura Federal abrió una convocatoria para entregar recursos (de 150 mil a 300 mil) a proyectos innovadores de centros culturales independientes. Así trabajó en el proyecto de nuevas clases, pero también en los cambios de estética (forma y no fondo) del edificio, y las burbujas de confianza que, estarán en breve en las instalaciones de Recreo 4 con el objeto que las personas las conozcan, y participen de ellas.
Ahora ya saben que son acreedores a un recurso federal, justo en el 25 aniversario del Recreo, que llevará a realizar cambios en la estética del centro cultural, a tener espacios semiabiertos, ventilados, y con creatividad. El financiamiento se ministrará entre noviembre y marzo 2021, y el retorno al Sindicato es y seguirá siendo seguro.
Para tener información sobre las clases, envíe un correo a el..sindicato.info@gmail.com
Un poquito de historia
César Arias, quien forma parte del grupo que adquirió el edificio en 1994, platicó que el lugar era el espacio de recreo para los trabajadores de Fábrica La Aurora, así como para sus familias. “tenían el modelo de sindicalismo francés”.
El lugar que otrora había albergado los bailes de feria, ahora estaba en ruinas, lo reconstruyeron y adaptaron para que los sanmiguelenses—que entonces no tenían acceso a la cultura en otros espacios—pudieran usarlo, y recibir difusión de la cultura con cuotas accesibles. Arias asegura que el Sindicato, “es como un taxi: abierto a todo público y eventos, siempre que estén libres de propaganda política y religiosa”.