Por Cecilia Blasquez

 

Llegará a San Miguel de Allende, México, desde Grecia por primera vez para compartir con nosotros enseñanzas prácticas y profundas sobre el significado de Karma, la ley de causa y efecto que nos ayudaran a tener una vida más significativa, desde el punto de vista del Budismo.

 

Quien quiera pensar que un “dios malo”, “los demás” o simplemente la “casualidad” ocasionan las cosas que suceden, encuentra en el mundo muchas ofertas espirituales que llevan a la confusión. Las enseñanzas del Buda no están entre ellas.

 

El Budismo comienza con la responsabilidad de nuestra propia vida, al aprender a ver nuestras experiencias como consecuencia de todas nuestras acciones anteriores, sin buscar “culpables”. Aprenderemos, así mismo, a sembrar conscientemente las causas de la felicidad. 

 

Somos nosotros quienes influimos en los resultados, para no permanecer eternamente como niños, dependientes y entregados a las circunstancias.

 

El que quiera vivir seguro a largo plazo, sobre una base sólida, necesita sólo observar la ley de causa y efecto. 

 

Las impresiones que fueron plantadas en el subconsciente, por medio de nuestras acciones a nivel de cuerpo, habla y mente, madurarán en su momento. Las condiciones externas e internas se unirán y decidirán nuestro futuro, influenciando el mundo externo. 

 

Inclusive, diferentes eventos tales como el clima o la economía están determinados por numerosas condiciones, expresan diferentes capas que maduran en causa y el efecto.

 

Esto cambia también la apreciación del sufrimiento del mundo, uno puede explicarse mucho de lo que le pareciera injusto, si pensara que sólo hay una vida. Hasta que reconozca y use la ley de causa y efecto, comprenderá mejor como los actos de vidas pasadas determinan considerablemente las condiciones en cada vida nueva. 

 

Después de la muerte, cuando cesan las percepciones de los sentidos, se manifiestan las impresiones acumuladas en la vida. Éstas son determinantes para la manifestación de cuatro resultados que se producen, los cuales son: En primer lugar, la clase de experiencia que uno tiene entre un cuerpo y el próximo. En segundo lugar, la conexión con los padres futuros, que determina la herencia genética y la orientación en la próxima vida. En tercer lugar, las circunstancias del país o la procedencia social. Finalmente, moldean la actitud con la que uno se relacionará con el mundo y los otros seres humanos. 

 

Fragmentos de Las Cosas como son, Lama Ole Nydahl

 

Venta de boletos en la recepción del teatro Relox 50A, Centro o en www.teatrosantaana.org