Decenas de socorristas se reunieron en el edificio de Cruz Roja para celebrar su día. Recibieron reconocimientos por atender de cerca a pacientes Cóvid.
En 2020, debido al tema evidente, la celebración anual del socorrista fue cancelada. Este año en que las medidas lo han permitido, y ahora que todos han recibido sus dosis de vacuna contra el virus, se volvieron a reunir. Se dieron un abrazo, se animaron los unos a los otros, pero sobre todo; celebraron la vida.
El programa inició con la inauguración de un mural integrado sobre la fachada del edificio en Libramiento Manuel Zavala. Este fue trabajado por Félix, quien explicó las razones de colocar una ambulancia sobre las nubes, y es que expresó “la Cruz Roja está alerta, y vigilando San Miguel, para beneficio de todos”. La obra fue en conjunto con la Dirección de Cultura y Tradiciones—ahí estuvo la directora Paulina Cadena, y la presidente del Consejo Directivo en San Miguel; Leticia Fernández de Noyola.
La celebración incluyó una entrega de reconocimientos para los paramédicos que estuvieron, y siguen estando (de cerca) atendiendo a pacientes Cóvid. Pero también, la presidente recibió uno por su perseverancia durante los 16 años de servicio ininterrumpido en San Miguel de Allende—siete de ellos como presidente.
Fernández, en su discurso felicitó a los socorristas, y les dijo que: “en Cruz Roja solamente cabe gente llena de amor a sus semejantes, dedicados en tiempo y alma a su vocación de servir. Los Socorristas de Cruz Roja, son líderes llenos de dedicación, líderes de excelencia porque enfocan sus deberes en preservar la vida, sin importar la hora ni el día, por lo que, su labor transforma la tragedia en alivio; y el sufrimiento en esperanza”. También, remarcó las alegrías, como los nacimientos de tres bebés que han nacido el último año en las ambulancias.
La presidente de la institución aseguró a los socorristas ahí reunidos, “sé que al inicio de la contingencia nos sentimos impotentes, con muchas interrogantes ante la decisión de ayudar a nuestro prójimo o protegernos ante una devastadora enfermedad—que nos sigue atacando. Pero nuestra fe fue mayor que nuestros miedos. Sabemos que en Cruz Roja se nos prepara para estar fuertes y seguros y poder profesionalmente dar cumplimiento a nuestro deber”.
Los socorristas desayunaron, recibieron regalos donados por empresas locales, uniformes que entregó el Consejo Directivo, y hasta un pastel se cortó.