Por Ali Zeriffi
Ha pasado casi un año desde que nuestra comunidad recibió las primeras advertencias sobre la potencial gravedad de COVID-19 y la posibilidad de una pandemia mundial. Dando seguimiento a esta alarmante noticia, la Biblioteca fue una de las primeras instalaciones en San Miguel en tomar decisiones proactivas para proteger a nuestros empleados y visitantes, cerrando temporalmente en marzo del año pasado. Estos protocolos luego fueron reforzados por las autoridades sanitarias quienes publicaron las normas a seguir en instalaciones de diversos índoles y ordenaron el cierre de escuelas, parques, estadios deportivos, y otros espacios públicos.
Durante el cierre, el personal de la Biblioteca estudió las recomendaciones y requisitos emitidos por Protección Civil y luego implementó todos los protocolos estipulados.
La Biblioteca permaneció cerrada hasta octubre al recibir autorización por Protección Civil para reabrir, después de una cuidadosa revisión de las medidas preventivas implementadas por nuestro personal.
En San Miguel, así como en otros lugares del mundo, la temporada navideña reunió a familias y amigos a pesar de la advertencia sobre el riesgo de grandes reuniones, por lo que poco después hubo un aumento dramático en la cantidad de infecciones.
Afortunadamente, la gerencia y el personal de nuestra institución han desarrollado y siguiendo las pautas de las autoridades con un procedimiento mediante el cual todos los síntomas de salud se reportan de inmediato y en el cual los protocolos para manejar posibles casos de COVID también se activan de inmediato. A los empleados con síntomas se les requiere quedarse en casa hasta obtener resultados de la prueba que indiquen que está libre de infección.
Durante este largo año, algunos empleados tomaron licencia médica y regresaron al trabajo después de haber sido autorizados por sus médicos. Así también recientemente se les pidió a tres miembros de nuestro personal y a un trabajador de construcción externo que se queden en casa hasta que obtengan la autorización médica para volver a trabajar.
El procedimiento que venimos siguiendo desde el inicio de la pandemia es simple en su concepto y estricto en su aplicación; así hemos podido obtener la certificación del gobierno municipal:
– Capacitación a todo el personal sobre cómo proceder interna y externamente para evitar contagios de acuerdo a las especificaciones de la OMS, OPS, y SSA.
– Establecimiento de protocolos evidentes para el acceso de los empleados, limpieza de áreas, y adquisición de equipos de protección personal.
– Plan de apoyo salarial emergente para todo el personal que ayude a evitar reducciones de personal y/o despidos debido a la pandemia.
– Plan de actividades para el mantenimiento de espacios y mejora de áreas antes de reapertura al público.
– Monitoreo y documentación del estado de salud y reacción de cada empleado ante el impacto de la crisis en su vida emocional y social.
– Desarrollo de protocolos actualizados.
– Formación del personal por medio de cursos y talleres oficiales.
– Requisitos especiales de salud y protección civil.
Todos somos inevitablemente conscientes de que la vigilancia extrema es imprescindible en todo momento y en todo lugar. Lamentablemente, no todos los lugares de actividad pueden ser protegidos y existe el riesgo de exposición al virus en la calle, en el transporte público, en los entornos sociales, en los mercados, e incluso en los hospitales.
Hay un largo camino por recorrer antes de que podamos volver a nuestras vidas normales y tenemos el deber de ser cuidadosos, uniéndonos al esfuerzo de la comunidad para proteger a nuestras familias, colegas, vecinos, e incluso a los extraños que vemos en las calles de nuestro pueblo.