Las granizadas (julio de 2019), o nevadas atípicas (marzo de 2016) se han visto en los últimos años en la ciudad; sin dejar de lado las inundaciones, y en contraste la sequía y falta de agua que podría afectar a los habitantes, pero también a uno de los sectores del que depende hasta el 60 por ciento del PIB en San Miguel—el turismo. Éstos fenómenos son parte de los impactos que ha traído el cambio climático.
La sequía este año trajo como consecuencia que la Presa Allende esté en un 17 por ciento de su capacidad, y si preguntamos a los vecinos de Pantoja, Flores, Don Diego, San Marcos, o de las comunidades cercanas, van a decir que ha habido años en que el nivel ha estado más bajo.
A la defensiva, la Secretaria de Medio Ambiente en Guanajuato, María Isabel Ortiz, aseguró que trabajan en conjunto con el gobierno local y el sector público para combatir los estragos en el clima. El gobierno no es el único.
Desde hace décadas, organizaciones civiles han trabajado para preservar, y restaurar áreas naturales, ejemplo es Charco del Ingenio o Cañada de la Virgen; otros se han preocupado por preservar los bancos y cauce del Río Laja, por ser hábitat de aves diversas—que en conjunto las áreas naturales atraen turismo.
Y por otro lado, ejidatarios hacen lo que pueden para evitar la erosión del suelo, y ayudar a recargar los mantos freáticos. Ayudados por la autoridad y la sociedad civil, contribuyen a que el agua se filtre al subsuelo, y entonces ayude inimaginablemente al turismo que está en el Centro de la Ciudad, y es que el líquido, es uno de los recursos que más preocupa.
Lo que sí, es que finalmente y luego de casi dos años de trabajo entre ADAPTUR—un proyecto financiado por el gobierno alemán—organizaciones civiles, el estado, y el municipio se ha acordado garantizar que en el futuro se realicen acciones para la adaptación al cambio climático en San Miguel. Ahora, acorde al representante de GIZ en México (organización intermediaria entre el gobierno alemán y mexicano) Thomas Schneider, la responsabilidad ya es de los gobiernos, porque el trabajo que a sus organizaciones correspondía, está hecho. Y San Miguel fue privilegiado, pues el proyecto eligió solo a tres espacios para medir el impacto climático y buscar estrategias: Riviera Nayarit, Riviera Maya, y San Miguel de Allende.
“Invertir en un manejo integrado de la cuenca; la creación, cuidado y conservación de áreas naturales; la restauración de suelos; el establecimiento de cinturones verdes y corredores biológicos, y la recuperación de los cauces de los ríos son oportunidades valiosas para garantizar el futuro de San Miguel de Allende. El trabajo conjunto entre los diferentes sectores de la sociedad, las alianzas público-privadas y el liderazgo de los empresarios, son elementos clave para enfrentar los impactos del cambio climático”, señaló ADAPTUR.
Estrés hídrico
En el evento para la firma de convenio de colaboración—Memorando—estuvo Dylan Terrel (Caminos de Agua) que celebró la unión para combatir el cambio climático en la zona. “Estamos en un momento crítico. Todo lo complica el cambio climático. Está acabando con el acuífero, es un abatimiento entre tres metros por año, 30 por ciento de sobreexplotación. El agua que queda está contaminada con arsénico y fluoruro”, indicó, y continuó “aprovechamos el agua de lluvia, pero tendremos menos cada año, y habrá inundaciones y sequías. Debemos aprovechar todas las fuentes de agua. Tenemos que curar los mantos freáticos. ¿En 30 años de dónde vendrá el agua?”.
Al tema, en entrevista abonó la Secretaria María Isabel Ortiz. A pregunta expresa de Atención, sobre cuáles son las acciones específicas que trabajan con el municipio respecto al cambio climático, respondió, primero con un agradecimiento al gobierno alemán que, toma este proyecto sin obligación. “El caso es que todos vayamos en la misma dirección. La prioridad es las medidas de adaptación al cambio climático (no en Guanajuato) específicamente en San Miguel. El gran reto es la parte hídrica. Hay estrés hídrico importante,” dice. “Se tiene poca agua, pero hay lluvias atípicas e inundaciones, eso es reflejo del cambio. Debemos actuar. Una de las estrategias son los ecosistemas. Lo que trabajan las ONG, estuve en Doña Juana, se hace reforestación, conservación de suelos, de agua. Se articulan—ONG, estado, municipio. Los recursos son insuficientes, pero se suman. Reforzaremos el tema de las Áreas Naturales Protegidas. San Miguel las tiene. Buscaremos fortalecer los servicios ambientales. Estamos trabajando la cobertura vegetal. Permitirá que tengamos agua suficiente en los acuíferos; la vegetación regula la temperatura, nos adaptamos al cambio. Tomaremos medidas. Algunas que llevamos son los sistemas de captación de agua de lluvia con sistemas de potabilización. Sin sistemas que se llevan a comunidades que no tienen agua potable, pueden beber el agua”, remarcó la secretaria.
200 mil árboles
Por su parte, el director de Medio Ambiente y Sustentabilidad, Francisco Peyret, dijo que entre las acciones que se toman contra el cambio climático es la restauración de suelo, y filtración de agua a los mantos mediante la reforestación—“este año esperamos llegar al árbol número 200 mil plantado”—dijo. También indicó que se trabaja en la limpieza de ríos, arroyos, y junto a la Secretaría de Medio Ambiente, en el tema de calentadores solares para evitar las emisiones de CO2, así como de sistemas de captación de agua de lluvia, que luego se puede beber.
Agustín Madrigal, Salvemos al Río Laja, hizo énfasis en que cada cambio de uso de suelo, así como la extracción descontrolada de pétreos en el Laja cambia no únicamente los cauces, sino que por eso luego vienen las inundaciones que dañan el hábitat natural de flora y fauna.
Celebró la firma del convenio y llamó a que todos nos unamos a las iniciativas públicas, privadas o del sector civil, para que la ciudad, e incluso las comunidades sigan siendo potencial para el desarrollo de productos turísticos de bajo impacto.
De forma pasiva, se une el Consejo Turístico
La presidente del Consejo Turístico, Laura Torres, de forma pasiva ante el memorando, indicó que en el sector hay “el compromiso con la sustentabilidad. Para proteger nuestro ecosistema, trabajos, y fuente de riqueza. El compromiso es total. Proteger la sustentabilidad es también promover a todas las generaciones. El sector estará siguiendo los lineamientos y acciones que se puedan generar para que el plan tenga éxito”.
Doña Juana
Casi tres kilómetros de muros—hechos con piedra—han sido construidos por los ejidatarios de Doña Juana, apoyados por Henry Miller de El Maíz Más Pequeño. La idea es simple, pero importante—evitar la erosión del suelo, que el agua corra más despacio y se filtre a los mantos freáticos.
La idea no es nueva—pero sí eficiente. Miller ha trabajado con los ejidatarios en la construcción de muros “piedra sobre piedra” sin mortero, para que la erosión se detenga, y además en casos muy graves, el suelo se restaure. Los muros ayudan a retener tierra, agua y humedad; y con ello más tarde se puede lograr la regeneración inducida de fauna y flora nativa.
Actualmente, se ha trabajado en 42 hectáreas, si los muros se unieran, se lograrían 2.77 kilómetros lineales. La meta es llegar a 300 kilómetros, para lograr en el corto plazo la recuperación de las funciones y servicios ambientales de la micro cuenca Támbula-Picachos, pero también para beneficio del medio ambiente general.